viernes, 16 de abril de 2010

Caza indiscriminada en los hielos árticos.

La caza de las focas canadienses es una cita anual de los cazadores en Canadá, todos los años se dedican a matar aproximadamente a unos quinientos mil ejemplares, además este año se cazarán 8.200 focas de casco y 50.000 grises. El método más habitual para matarlas es aplastarles el cráneo mediante palos o hierros acabados en garfio en su extremidad, incluso los ecologistas han podido constatar que en ocasiones son despellejadas vivas, para hacerse con las pieles para confeccionar abrigos y la capa de grasa para la industria cosmética, medicinales o nutricionales como cápsulas de Omega 3, que es exportado el todos los continentes.
En los últimos años debido al cambio climático se está constatando que los hielos son cada vez más débiles, provocando un aumento en la mortandad de los cachorros de foca arpa, sumado a los ejemplares cazados por el hombre que mayoritariamente con cachorros, nos está llevando a una posible desaparición de la especie en no muchos años. Además, argumentan HSUS e IFAW, los animales cazados son los más jóvenes por lo que el impacto de su desaparición se verá realmente en los próximos años cuando esos ejemplares deberían haber alcanzado su madurez sexual.
Desde 1987 está prohibida la caza si aún exhiben su manto blanco, tiempo que dura la lactancia, entre los 10 a 14 días, aunque sea bastante difícil entender qué diferencia existe entre matar las crías con tres días o tres semanas, una mera cuestión de imagen o de protección de la belleza, ya que a partir de ese momento se tornan grises con manchas negras, pero que aún siguen siendo cachorros que no han llegado a su madurez sexual.
El gobierno Canadiense año tras año pese a la oposición pública y las contantes protestas de los defensores de los derechos animales, da luz verde a una matanza que ningún ser vivo excepto el ser humano puede realizar con mayor crueldad.
El fin de esta cruel cacería, es sin duda una vez más, el enriquecimiento económico que es reportado a las empresas que explotan la vasta extensión de los hielos árticos, tras la venta de las pieles y otros productos que son vendidos en multitud de tiendas en todos los continentes, y a pie de calle de todos los ciudadanos, sin duda es un ciclo de demanda de estos productos lo que desencadena la cita sangrienta en los hielos árticos. Esta cadena tiene tres eslabones, demanda, obtención mediante cacerías sangrientas de una especie vulnerable y la venta de los productos que son demandados, está en la mano de todos romper el eslabón principal de esta cadena, que es la demanda producida por la compra de estos productos, que en ocasiones pueden llegar a ser de uso cotidiano.
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sábado, 3 de abril de 2010

DESCENSO ALARMANTE DE LA POBLACIÓN DE GORRIONES


El gorrión común (Passer domesticus) es una de las aves más conocida por estar asentada preferentemente en zonas habitadas por el hombre. La población de dicha ave es de más de 160 millones de individuos, aunque en la actualidad, dicha cifra ha sufrido un descenso de un 5% en el periodo 2002 a 2008.
Este declive de la población de gorriones es palpable en Londres y prácticamente en el resto de Euroasia. De seguir así, la población se reducirá a la mitad en 20 años. En la ciudad de Londres, la población de esta ave ha descendido un 71%, con lo que dicha especie está a punto de ser declarada en peligro de extinción. Hay que tener en cuenta que en el norte de Europa se realizan censos desde 1970 mientras que en España sólo desde 1996. El descenso que se ha registrado en Londres, podría estar equiparado, si tuviésemos estudios de más años, al descenso que se ha registrado en las poblaciones de nuestro país. El descenso en las poblaciones de gorriones es algo incuestionable, pero los ornitólogos no se ponen de acuerdo de las causas que lo están provocando. Hay numerosos estudios realizados, y los resultados indican un gran abanico de causas, como es el uso intensivo de plaguicidas e insecticidas en las zonas de huertas. Estos productos eliminan toda posibilidad de alimento de estas aves, al ser fundamentalmente una especie insectívora y granívora. En las ciudades, se ha podido comprobar que una excesiva limpieza de las calles, puede llegar a limitar la disponibilidad de semillas u otras sustancias alimenticias, y/o deteriorar la cubertura vegetal que proporciona alimento al gorrión, así como las zonas en las que nidificar. Por otra parte, hay la competencia ecológica con las palomas domésticas, que son de mayor porte y más agresivas, o bien de especies foráneas como la cotorra argentina, que está llegando a poblaciones alarmantes en la ciudad de Barcelona. Otra de las causas de la disminución de población de estas aves, la encontramos en las zonas de nidificación cercanas a las antenas de telefonía móvil, donde se ha podido constatar la baja reproducción que tienen esas colonias debido a los campos electromagnéticos a los que son sometidos. Esta disminución en la población de gorriones, es el indicio claro y evidente de la destrucción que se está cometiendo de la unidad fantástica y maravillosa que es el ecosistema. Hay que tener en cuenta que esta especie sirve de alimento a otras muchas especies de niveles superiores, por lo que las consecuencias del descenso de especies de niveles insectívoros van a provocar una cadena de descensos poblacionales en los niveles depredadores. Se pueden realizar un gran número de estudios, podremos obtener un abanico de causas, pero todo esto no servirá para frenar el camino al abismo, a la que está conducida una especie tras otra por la mano del hombre, si las administraciones competentes no toman cartas en el asunto y se deja de destruir los niveles ecológicos.


Una buena idea para intentar paliar esa eliminación de zonas en las que estas aves pueden nidificar es construir unas sencillas cajas nido y colocarlas en sus lugares de paso. Si se dispone de un jardín se puede colaborar en la conservación de estas simpáticas aves y para observarlas en las épocas de cría que sin duda es una sensación placentera.
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